Todos experimentamos estrés en algún momento, lo superamos y nos recuperamos porque el culpable no es parte de nuestra vida diaria. Para algunos, especialmente aquellos que son cuidadores, el estrés es un visitante diario que, cuando se visita con demasiada frecuencia, puede llevarlo al límite o agotarlo.
Según la Clínica Cleveland, el agotamiento del cuidador es un estado de agotamiento físico, emocional y mental que puede ocurrir cuando uno dedica tiempo y energía a gestionar la salud y seguridad de otra persona y descuida su propia salud emocional, física y espiritual. Esto no es infrecuente, ya que los estudios indican que entre el 40% y el 70% de los cuidadores experimentan síntomas de agotamiento.
"Somos muy conscientes del agotamiento de los cuidadores y, como administradores de atención, siempre estamos atentos a las señales", afirma Santa Fromm, directora de servicios de apoyo de Gold Medal Home Health. "Una parte muy importante de nuestro trabajo es escuchar y reconocer las señales cuando un cuidador puede estar acercándose al punto de ruptura".
Los signos de agotamiento del cuidador son muy similares a los del estrés y la depresión y The Cleveland Clinic los enumera como:
-Agotamiento emocional y físico,
-Retiro de amigos y familiares,
-Cambios en el apetito y los patrones de sueño.
-Irritabilidad, frustración e incapacidad para concentrarse.
-Sentirse desesperanzado, impotente y enfermo con mayor frecuencia.
-Cambios en el apetito y el peso.
Según Santa Fromm, cuidar es un trabajo desafiante y, además de las causas obvias de agotamiento, los cuidadores sienten que su trabajo tendrá un efecto positivo en la salud y la felicidad de la persona a la que cuidan. Esto es gratificante a veces, pero algunos días serán más difíciles que otros. La dificultad radica en equilibrar las expectativas.
Los cuidadores pueden sentirse abrumados porque tienen que hacer malabarismos con demasiadas obligaciones a la vez. Reconocer los signos de agotamiento es vital y ser consciente de que esto puede ser un peligro en este trabajo puede ayudar a superar esta fase. Los tratamientos para el agotamiento del cuidador son efectivos e incluyen hablar con un proveedor de atención médica (médico, psicólogo o trabajador social), cuidarse (descanse, no descuide su atención médica), PEDIR AYUDA (comuníquese con su grupo de apoyo, familiares, amigos, etc.) y encontrar recursos disponibles para usted (atención domiciliaria, guardería para adultos, programas comunitarios de alimentación y grupos de apoyo).
“Es posible que necesite cuidados de relevo que le proporcionen un descanso temporal”, añade Santa Fromm. “El cuidado de relevo se puede programar en cualquier período que satisfaga sus necesidades, desde unas pocas horas o días hasta varias semanas. Esta opción es beneficiosa especialmente si usted es el cuidador principal. El tiempo libre te permite relajarte, ponerte al día y reagruparte”.
Recuerde que no le sirve a nadie cuando está demasiado cansado y abrumado. ¡Todos necesitan un descanso!